miércoles, 30 de enero de 2008

La paciencia de la araña


La pazienza del ragno
Andrea Camilleri, 2004
Ediciones Salamandra, 2006
Traductor: María Antonia Menini Pagèszzolo


"—¿Y Fazio?
—El tampoco está, dottori. Se ha ido momentáneamente a vía Palazzolo, justo dilante de la escuela primaria.
—¿Y eso por qué?
—Un comirciante que se negaba a pagar el impuesto de proticción le ha pegado un tiro al que le pidía el dinero, pero no le ha dado.
—Mejor así.
—Mejor así, dottori. Pero a cambio le ha dado en el brazo a uno que pasaba por allí.
—Oye, Catarè, yo me vuelvo a mi convalecencia a Marinella.
—¿Ahora mismito?
—Si
—¿Puedo ir a verlo cuando tenga ganas de verlo personalmente en persona?
—Cuando quieras"


Salvo Montalbano, el poco políticamente correcto comisario de la ciudad de Vigata en Sicilia se encuentra de reposo recuperándose de un disparo en el hombro, su novia Livia se vino desde Milán para cuidarlo y Adelina, su fiel cocinera y asistenta, ni se acerca.

El secuestro de una joven estudiante universitaria lo saca de su placidez cuando es llamado para reincorporarse a pesar de que no le asignan la investigación. Por supuesto Montalbano no se puede quedar sentado sin hacer nada y desde un principio seguirá muy de cerca un secuestro que desde el comienzo se ve muy extraño (empezando por afectar a una familia casi en la ruina).

Una trama sencilla, sin muchas aspiraciones, en la que cualquiera con cuatro dedos de frente rápidamente descubrirá al culpable pero que en el fondo no es más que otra excusa para disfrutar la acidez y cinismo con que Camilleri describe y se burla de la sociedad italiana y en especial de sus políticos y comunicadores.

Ya lo mío con Camilleri es pura adicción (tanto como la de Montalbano con los pulpitos de Adelina) y, al igual que este no puede dejar pasar unos buenos salmonetes con ajo y tomate, yo tengo que disfrutar cualquiera de sus novelas para tener más de las salidas de Catarè o de la lengua mordaz de Salvo.

Siguen en la estantería de los pendientes cosas más serias como La captura de Macallè hasta que finalice esta necesidad de ligereza.

lunes, 28 de enero de 2008

Las fotos perdidas de Capa


Tal como cuenta este artículo del New York Times, lo que podría considerarse la foto más celebre de la Guerra Civil Española sufre un asombroso renacimiento por la aparición de su negativo (junto con otros 3500) en la ciudad de México después de casi sesenta años desaparecidos.

Tomada por Robert Capa en 1936, Falling Soldier muestra la muerte de un miliciano republicano en el frente de Córdoba y durante muchos años fue el centro de la discusión de si era verídica o solo un montaje propagandístico. Ahora se aclara el asunto al conocerse las tomas anteriores y posteriores al hecho en la tira de negativos con todos los detalles de la muerte del soldado.

En una historia que parece una novela (igual que la vida de Capa), los negativos estaban en su cuarto oscuro en París y se creían perdidos durante la invasión alemana. Fueron salvados por un amigo y fotógrafo, Imre Weisz, quien los llevó a Marsella pero fue capturado y encerrado en un campo de prisioneros en Argelia. Los negativos llegaron de manera desconocida a las manos de un diplomático mexicano en Marsella, el general Francisco Aguilar González, que los retuvo hasta su muerte en 1967 (aún no se explica porque lo mantuvo en secreto e irónicamente el mismo Weisz terminó viviendo en México después de la guerra), pasaron a su hija hasta que los descubrió un cinesta anonimo mexicano (no se que tan anónimo ya que es sobrino de la misma) quien notificó al Centro Internacional de Fotografía en New York, estos entraron en conversaciones con la familia de Aguilar quienes finalmente los cedieron. En las maletas vienen además negativos de su socia y amante, Gerda Taro, una de las primeras fotógrafas corresponsales de guerra pero practicamente desconocida, quien murió en España cubriendo el conflicto y de David Seymour, fusilado en Suez en 1956.

Como describe el New York Times, es un descubrimiento comparable al de hallar unos manuscritos perdidos de Hemingway o unos bocetos secretos de Picasso; Robert Capa fue seguramente unos de los mejores fotógrafos del siglo XX, húngaro de nacimiento, fundador de la agencia Magnum, fotografió cinco guerras en dieciocho años, creó practicamente la imagen que tenemos del corresponsal de guerra; viajero arriesgado, trotamundo y fiestero, su lema era "si la foto no es lo suficientemente buena es que no estas lo suficiente cerca", regla que marcó su estilo tanto así que murió en Vietnam al pisar una mina en 1954. La última muestra de su trabajo en blanco y negro (creo que hay una toma similar en color) momentos antes de su muerte:




PD: asombroso el estilo del New York Times, todas las palabras son hipervínculos.

miércoles, 23 de enero de 2008

El naufragio de "El río de las estrellas"


Michael Flynn
The Wreck of the River of Stars, 2003
Ediciones B, 2005
Traductor: Pedro Jorge Romero


"En el universo había una simetría inherente.Cuando sucedía lo inesperado -y siempre pasaba, porque lo inesperado era paradójicamente lo más esperado- rara vez daba lugar a operaciones más rápidas y más sencillas"


A finales del siglo XXI, la nave "El río de estrellas" realiza viajes como carguero a través del Sistema Solar. Un antiguo velero solar de lujo para viajes de placer que poco a poco se ha devaluado por el desarrollo de los motores de fusión (mientras sucesivos capitanes la han vendido por partes desmantelando cubiertas completas para financiarse); de hermosa y elegante nave para turistas a transporte de emigrantes a Marte y por último como una vulgar nave de carga bajo la denominación de nave híbrida (motores de fusión añadidos pero manteniendo la vela como sistema alterno).

Después de una serie de desgracias como las pérdidas del jefe ingeniero y del capitán, la variopinta tripulación tendrá que enfrentarse a la falla de sus motores de fusión. Viajando en caída libre tendrán que apurarse para repararlos y no llegar demasiado rápido a la cita con Júpiter pasando de largo. El grupo de nostálgicos de la nave, amantes del antiguo arte de la navegación estelar a vela, deciden reactivar las mismas secretamente. El problema es que las cosas que se hacen secretamente seguro terminan manejando recursos secretamente (malversación le llaman).

Ciencia ficción hard por su estricto manejo de la mecánica de vuelo, la extrapolación de tecnologías conocidas y los peligros de la navegación espacial, se ablanda bastante por el descomunal esfuerzo de Flynn en crear personajes complejos, con virtudes y fallas, habilidades y torpezas. Miedos, temores, esqueletos en los closet, amores correspondidos y no correspondidos e intercambio de parejas le agregan a la novela cientos de páginas de lo que parecen ser capítulos de E.R. en el espacio.

Inconforme que es uno, montones de libros leidos quejándose de que los personajes de la ciencia ficción son planos, vacios, de cartón para ahora no apreciar la profunda vida interior de 14 locos en una nave espacial en una carrera a ver quien es capaz de cagarla mejor. Supongo que describir a una persona como:

"El aura de Miko había salido infinitesimalmente del infrarrojo [...] lo que causaba el efecto de hacerla más visible -así como menos abrasadora-. Okoye consideró el cambio con esperanza. Un desplazamiento hacia la zona azul del espectro indicaba que el objeto se acercaba"


quizá nos satisfaga a los lectores empedernidos del género ¿pero trescientas páginas llenas de cosas similares? definitivamente empacha.

Lento la primera mitad, mejora notablemente en su último tercio, una obra que pareciese un homenaje a la Ley de Murphy y como cuando algo sale mal los humanos nos la podemos ingeniar para ponerlo peor (sobre todo cuando tenemos la ayuda de una IA mal programada), sumando lo bueno y lo malo resulta con un aprobado.

martes, 15 de enero de 2008

Marte en el cielo

Aprovechando que los cielos caraqueños se encuentran despejados (excepto uno que otro día que se nubla sin llover, cosas del cambio climático digo yo), para el que anda como yo, viendo pa 'l cielo como un pendejo, primero un consejo: mejor miren al piso que las aceras están todas desbaratadas y se pueden tropezar y además hay mucho perro suelto dejando sus gracias. Segundo, a eso de las 20:00 horas (media hora mas, media hora menos, ya saben como somos los venezolanos para eso de la exactitud horaria) parándose hacia el este y mirando hacia arriba verán algo como esto (obviamente que sin las rayitas, solo los puntitos):



Se puede ver una estrella rojiza arriba, cercana al cenit, un poco hacia el norte. Resulta que es Marte.

¿Como lo sé? gracias a la página El cielo del mes que nos lo muestra con el típico símbolo de macho machote ♂ (lo marqué dentro de un círculo rojo en la gráfica), saliendo de Orión a mano izquierda ¿Como reconozco a Orión en el cielo nocturno? facilito, donde están las tres estrellas en filas casi del mismo brillo con una especie de cuadrilátero alrededor, las marqué dentro de un ovalo amarillo.

Un poco más abajo de Orión (hacia el horizonte del este) y un poco hacia el sur se puede ver una estrella brillante, eso es Sirio, Alfa del Can Mayor, la estrella más brillante del cielo (dentro del círculo verde). Entonces ya saben, cualquier cosa que se vea más brillante que esta o es un planeta, o es un cometa, o es un símbolo de que nació el Mesías y hay que salir a llevarle regalos, o es una nave de una lejana galaxia trayéndonos la destrucción o la felicidad eterna (o ambas) o un simple avión.

¿Por qué la imagen está de lado? porque siempre me ha parecido más fácil ubicar las estrellas así.

¿Cuál es la razón de este post? ninguna, que me pareció simpática y útil la página en cuestión y que el cielo en esta época del año tiene cosas bastantes interesantes si lo agarran despejado (como debería ser antes del Signo de los Tiempos que nos ha tocado vivir)

Y bueno, estas indicaciones quizás sirvan de poco a los residentes de otras latitudes, vean ustedes como se las arreglan para ver a Marte.

viernes, 11 de enero de 2008

¿Pequeña enmienda? o ¿Sólo la cabecita?

"Yo me atrevo a invitarlos a ustedes a que nos juguemos a Rosalinda. Estamos en enero de 2008. Dos años. Yo incluso como tengo potestad de convocar un referendo, y puedo convocar uno contra mí mismo.

En la consulta los electores votarían por cualquiera de las dos preguntas:

1.- ¿Está usted de acuerdo con que Hugo Chávez siga siendo presidente de Venezuela? Sí o No.

2.- ¿Está usted de acuerdo en hacer una pequeña enmienda en la Constitución para permitir la reelección indefinida? (con carácter vinculante). Sí o No."

Hijos de los hombres


The Children of Men
P. D. James,1992
Editorial Sudamericana, 1994, 2000
Traductor:María S. Cristoff



"-[...]Y, después de todo, hay compesaciones personales. Hemos estado los últimos sesenta años adulando al sector más ignorante, más criminal y más egoista. Ahora, por el resto de nuestra vida, estaremos libres del barbarismo intruso de los jóvenes, de su ruido, de ese golpeteo repetitivo producido por la computadora que llaman música, y de su egoismo disfrazado de idealismo. Por Dios, incluso quizá logremos deshacernos de la Navidad, esa celebración anual de la culpa paterna y la avidez juvenil. Yo quiero que mi vida sea agradable y, cuando deje de serlo, acompañaré mi última pastilla con una botella de clarete..."


Similar a como ocurre en el gran clásico de las distopias, la historia empieza con su protagonista, Theo, iniciando un diario. Diario que arranca el primero de enero del año 2021, mismo día de su cumpleaños cincuenta y además el día en que muere, en una pelea en un bar, el hombre con el dudoso honor de ser el más joven de la Tierra. Una Tierra cada día más vieja afectada por lo que hace 26 años se llamó el Año Omega, una extraña e inexplicable infertilidad masculina que ha impedido cualquier nuevo nacimiento.

Theo es un profesor de historia en Oxford (clases que actualmente se reducen a cursos para personas mayores), divorciado y depresivo. Sería una persona común y corriente de no ser primo de Xan Lyppiatt, el Custodio de Inglaterra, dictador de Gran Bretaña. Durante un tiempo fue su asesor pero renunció al cargo volviendo al anonimato. Un grupo de subversivos, descontentos por las violaciones de derechos humanos a los detenidos, a los inmigrantes (practicamente esclavos temporales), la eutanasia sin humanidad y en general a los metodos opresivos del Custodio contacta a Theo y le solicita que hable con su primo y le sugiera una rectificación y un cambio (cosa obviamente a la que el Custodio se negará).

Excelente novela de P. D. James, se pasea entre la narración tradicional en tercera persona y la primera persona del diario de Theo, donde describe parte de su infancia cuando, como el pariente pobre, visitaba a Xan durante las vacaciones a la mansión de su padre en el campo, su amistad durante la juventud, las diferencias y semejanzas entre ambos, los conflictos íntimos así como los tormentos y sentimientos de culpa que lo acosan por haber ocasionado la muerte de su propia hija y la destrucción de su matrimonio. Theo se autoclasifica como una persona egoista, agnóstico y descreido, pero el contacto con este grupo de terroristas -por los que al principio no siente ninguna empatía ni les ve futuro alguno- le hará salir de su cínismo para luchar por una esperanza para la humanidad.

Muy bien la forma como se describe la infancia de Xan, un niño inteligente aunque promedio, totalmente normal aunque con una extraña personalidad, destinado a convertirse en un tirano dictador, quien friamente pasará sobre muchas personas solo para mantener el orden en un mundo cada vez más caótico sin importar los derechos de los demás. ¿Es el bien de la mayoría una excusa para violentar los derechos de pocos? Nunca lo he creído, más bien es mi opinión que es obligación de la mayoría garantizar los derechos de las minorias, pero es tan natural la forma como James nos presenta a este dictador que casi estamos tentados a estar de acuerdo con sus maneras.

Curioso, llegué a este libro por la película de Cuarón, la cual me encantó, pero la adaptación fue tan ligera que, excepto por el nombre del protagonista y el hecho de la infertilidad, son obras totalmente distintas, se les puede llegar en cualquier orden y sin esperar nada de ninguna en función de la otra.